jueves, 20 de mayo de 2010

E

A veces no sé ni que pensar ni que decir y me detengo

me callo…

Busco la mejor manera para hablar,

las mejores palabras que decir,

no obstante

están ausentes

como la ceniza de un cigarro consumido

sólo en residuos

en partículas que no conforman nada, y me callo

miro a un lado y las veo sentadas

a ellas

las palabras

y yo, con la boca seca, parada, moviendo las manos

las estoy llamando, lo miro, y ellas…

no vienen,

me miran

no vienen

¿Cómo las llamo si no hay voz?

¿Las manos, la imaginación?

abro un libro,

veo tu rostro,

callada,

yo sin voz

Y tú

callada

cierro el libro…

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